El domingo pasado el programa de la Sexta, Salvados, mostró otra genial entrevista de la mano de Jordi Évole. En esta ocasión, el entrevistado fue Javier Gómez Bermúdez, juez español de renombre de la Audiencia Nacional desde 1999. Jueces hay muchos pero, en este caso, el juez Bermúdez ha sido objeto mediático en diversas ocasiones sobre todo por juicios como el del 11-M o por los ataques políticos a los que se ha visto sometido. El programa, aunque se presentaba como una crítica a la transparencia de la justicia, lo cierto es que acabó centrándose principalmente en la persona de Bérmudez. Interesante, cuanto menos, la entrevista y el juez.
¿Quién es Bermúdez?
El 3 de agosto de 1962 nacía en Álora (Málaga)Salvador Francisco Javier Gómez Bermúdez, un hombre que llegaría a presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional como un valiente guerrero en la lucha contra el terrorismo. Apasionado al derecho, se licenció en dicha rama en la Universidad de Granada y, con tan solo 25 años, ya era juez. Una muestra de su talento, de una pasión por la ley que heredó de su propia familia.
Su carrera ha sido larga, intensa y exitosa. Desde juez de un pequeño pueblo malagueño, miembro de la Asociación Profesional de la Magistratura o profesor de la Universidad Europea de Madrid, hasta presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. No obstante, un juez sometido a presiones, muy cuestionado en ciertas ocasiones e incluso señalado directamente por ciertos partidos políticos. Cuando en 2004 accedió al último cargo mencionado, la tensión se dejó ver e, incluso, se revisó su proceso de nombramiento hasta en cuatro ocasiones. Pero nada pudo con este juez y desempeñó dicha labor hasta que en 2012 fue sustituido por Fernando Grande-Marlaska, convirtiéndose en miembro del Juzgado Central de Instrucción Número 3 de la misma Audiencia Nacional.
Como he señalado anteriormente, Bermúdez ha destacado por su papel contra el terrorismo. Ya desde pequeño y, como señala él mismo, “era el intelectual de la pandilla”. Un hombre inteligente, serio y firme, como dejó ver en la entrevista de Évole, cuyo carácter le ha impulsado y le ha permitido conseguir excelentes resultados en su carrera judicial. Y en dicha carrera el terrorismo ha sido su enemigo principal, siendo el macrojuicio del 11-M su experiencia más enriquecedora. Y así lo señalaba el juez en el programa cuando se le preguntó por su juicio más importante. De hecho, y pese a las críticas de “Iluminados” que siguen viendo agua donde hay un desierto y dudas por el acierto de la sentencia, Bermúdez se mantiene firme en el resultado del juicio más importante de la historia de España a nivel de terrorismo. No olvidando tampoco, como señalaba en la entrevista, que un trabajo tan importante no es objeto de una única persona y fueron muchas las personas, como el juez Guevara, los que participaron en la sentencia. Por lo tanto, y en relación a dicho juicio, sería mejor escuchar más a menudo a hombres como el juez que se basa en la prueba y en la racionalidad, y escapar del populismo y la charlatanería de ciertos “personajes” que solo buscan el desprestigio y el enturbiamiento de la verdad.
Pero el 11-M no fue su primera experiencia en grandes juicios antiterrositas. El juez dirigió la vista del 11-S contra la célula española de Al Qaeda, decenas de procedimientos contra el terrorismo islamista así como sentencias contra miembros de ETA, por el asesinato de los concejales del PP Gregorio Ordóñez y Miguel Ángel Blanco y el atentado contra el socialista Eduardo Madina. Y, ahora que se cumple el décimo aniversario, no hay que olvidar su papel como juez en el caso del Yak-42.
Una persona intelectual, autor del ensayo No destruirán nuestra libertad y promotor de la conocida “Doctrina Parot”. Doctrina que defendió fielmente en Salvados definiéndola como “lo más justo para una persona que ha cometido treinta delitos”.
Y, hablando de defensa, Jordi Évole consiguió la declaración que muchos esperábamos: el guante hacia el juez Garzón. Una vez más, Bermúdez dio muestras de su legalidad y profesionalidad cuando consideró la sentencia a Garzón como justa pero necesaria de un indulto, algo que no entiende como no ha ocurrido. La prueba de la racionalidad y la defensa de la democracia. Olé por los que saben compensar justicia, libertad, razón y democracia.
La entrevista giró también en torno a las presiones a las que todo juez se vio sometido.
¿Alguien es tan inocente para dudar de que no existen presiones?,
sentenció el juez.
Pero no solo eso, sino que Bermúdez no vaciló en señalar que la posición de muchos juristas no depende únicamente de su trayectoria profesional y habló de presiones políticas y mediáticas desde todos los sectores. Algo para la reflexión sin duda.
Y es que el marido de Elisa Beni dejó numerosas perlas para el recuerdo. Con dos me quedo sin duda. Por un lado, su contestación al director de El Mundo, Pedro Jota Ramírez, quien en medio de su habitual conocimiento acerca de todos los temas, acusó al juez de imparcialidad y ayuda a la elaboración del libro de su mujer. Palabras vacías para un hombre que, como él mismo señaló, “no está al nivel de dicha persona” y dio una lección de moralidad cuando defendió la libertad de su esposa. “Machista” es el calificativo exacto que empleó Bermúdez. Un acierto, sin duda, las palabras y la elegancia con la que el juez respondió a las palabras del conservador periodista.
Y, en segundo lugar, el tema Bárcenas. El hombre más “popular” de este país, un “ladrón cabrón” para muchos niños (como pudimos ver en el programa El Intermedio de La Sexta) fue objeto de la entrevista a Bermúdez. Porque el propio juez solicitó llevar el caso al considerarlo independiente de la trama Gürtel. No se lo concedieron pero él sigue considerando que se trata de un caso que merece un trato independiente.
Igual de interesante su opinión sobre la financiación de los partidos políticos. “La financiación ilegal no es delito, pero debería serlo”, recalcaba el juez.
Así, la entrevista del domingo nos permitió descubrir a un hombre serio que supo criticarse a sí mismo ante ciertas palabras “irrespetuosas” que empleó en un juicio y que Jordi Évole le mostraba en video. Una persona crítica que en todo momento separa trabajo y persona y así se lo dejó ver al entrevistador desde un principio: “Estás entrevistando al juez Bermúdez, no a Javier Gómez Bermúdez, por lo que soy juez las 24 horas del día”. Comedido pero directo, prudente pero sincero, serio y cortante. Así se presentó un juez que mucho ha trabajado para este país y que trata de salvar continuamente los ataques mediáticos o políticos a los que se ve sometido.
Una entrevista que ha sido objeto de las páginas de todos los diarios: http://www.elperiodico.com/es/noticias/tele/evole-lidera-con-juez-bermudez-2401321
A continuación os dejo el programa Salvados del pasado domingo para ver esta gran entrevista
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