viernes, 21 de junio de 2013

Espiral del silencio

Una mañana como cualquier otra, un desayuno corriente, una ducha caliente y el mismo cuento de todos los días. Maquillarse una sonrisa, peinarse con una trenza de felicidad y vestirse de la persona que antes era. Al principio resultaba difícil pero poco a poco se convierte en rutina. Saludaba y fingía que nada pasaba, reía con cada una de sus bromas y decía todo aquello que sabía que era lo apropiado. Una espiral del silencio. 

Así vivía cada uno de sus días, sin pensar en lo que había sido, por lo que la habían querido y que ya había quedado atrás. Había cambiado y no podía volver al pasado pues había olvidado llevarse consigo la alegría de aquellos días. Él se la llevó consigo y ella no se atrevía a pedírsela. Quería recuperar su felicidad, volver a sentir ilusión en su interior y sentirse especial y llena de fuerza ante el futuro. Algo que parece fácil se hacía imposible para ella. Se creía fuerte pero su debilidad se manifestó como nunca lo había hecho. Se dejó atrapar por la espiral de la incredulidad, la impotencia y la inferioridad. Una espiral del silencio.

Y es así pasaban los meses. Feliz por fuera pero vacía por dentro. Él, sin quererlo, se llevó lo tanto significaba para ella. Se apoderó de su ilusión y de su esperanza en los dos, de aquello por lo que tanto había luchado y en lo que tantas noches había soñado. Se hizo dueño de imágenes juntos, de momentos de complicidad y de sonrisas que escapan al viento. Se olvidó de lo que habían sido y de todo aquello que habían compartido. Egoísmo o realismo, según se mire, tuvo una consecuencia irreparable sobre ella. Vivía en una espiral del silencio.

Siempre se había prometido luchar, aguantar lo que fuera necesario y conseguirlo. Rendirse ahora significaba la mayor derrota que se puede imaginar. No quería sentirse más pequeña y perdedora ni alejarse más de lo que siempre se había prometido ser. Pero tan pequeña frente a él, tan dependiente y sin nada que decir. No sabía cómo expresar lo que su cabeza exigía sino que se empeñaba en actuar como su corazón mandaba. Un corazón encarcelado preso de la espiral del silencio.

Una espiral que no la dejaba vivir como siempre lo había hecho. Un silencio que la atormentaba, gritaba sin que nadie la escuchara ni acudiera a rescatarla. El mundo seguía girando como si nada y ella seguía presa de aquel silencio que cada día la hacía más pequeña.

Luchar por las llaves de esa prisión, sentir el aroma de la libertad y correr persiguiendo un nuevo sueño. Empaparse de risas sinceras, retar a los temores y ganar en fortaleza. Vencer una espiral del silencio.

Injusticias en la justicia

Cada día asistimos a nuevos casos de corrupción, nuevas imputaciones, nuevos personales implicados...Sin embargo, no nos planteamos cuantos de esos casos son realmente objeto de una democrática justicia.
No solo nuestra Constitución, sino que la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos defiende el derecho a la igualdad ante la injusticia. Pero qué más da si vivimos en un país en el que el poderoso siempre contará con una ayuda ajena, un "amiguito" o una fuente de presión política, económica o incluso religiosa que le librará de cualquier tipo de problema. Si pensamos que todos somos iguales ante la justicia estamos muy equivocados. Si robas un móvil no dudes en tu imputación inmediata y tu posterior sentencia, sin olvidar una fianza imposible de afrontar. Deja los móviles y pásate a millones de dólares, quizá así hasta te libres de la imputación. Y si no es así, siempre recibirás una ayuda que te libre de la cárcel o de la propia sentencia.

Vergonzoso es que una persona como Blesa esté en la calle. Vergonzoso que no vaya a responder nunca por lo que es responsable. Vergonzoso que un juez no pueda trabajar como fruto de las presiones. Vergonzoso, al fin y al cabo, cómo se hacen muchas cosas en este país.
Y si no estáis de acuerdo conmigo, ¿por qué la Infanta no está imputada? No digo que sea culpable o deje de serlo, pero cualquier ciudadano que estuviera asociado a un caso como el tratado hubiera sido inmediatamente llamado a declarar simplemente para defender su inculpabilidad. ¿Por qué se tacha de "loco" a un juez que trata de ir a por un banquero cuando lleva más de veinte años con un trabajo impecable en la justicia? ¿Por qué lo que debería ser un poder independiente está cada vez más contaminado?

Justicia, injustica, culpabilidad, inocencia...qué más da. Aquí solo sirve una cosa: dinero, poder e influencia. La impunidad va asociado a ello en España mientras que no exista una auténtica independencia y una democracia plena e igual para todos.

sábado, 8 de junio de 2013

Una feria cordobesa

La semana pasada se resume en fiesta y celebración para el pueblo cordobés. Entre trajes, caballos, rebujitos y sevillanas, Córdoba fue testigo de su semana mágica, la semana de la alegría, la diversión y el orgullo andaluces. Eso es lo que se sentía al pasear entre las casetas o al ver la cara de entusiasmo de aquellos afortunados que paseaban en galantes carrozas de caballos.


Una feria que tuvo lugar en una de las ciudades más bonitas de España. Una ciudad de encanto, arte, belleza y vitalidad en la que cada rincón esconde un sinfín de historia. Por ello, os propongo en este blog un día perfecto para que el año que viene lo llevéis a la práctica en la Feria de Córdoba de cada mes de mayo.

Para comenzar el día un paseo por las preciosas calles cordobesas. Así descubrirás preciosos y blancos patios andaluces coloreados con flores, pequeñas y estrechas calles llenas de encanto e incluso antiguas ruinas que esconden miles de años de historia en sus capiteles y fustes en medio de una plaza. Y cuando el encanto cordobés ya te haya conmovido llegarás a la judería. Una zona imprescindible para cualquier día en la que te perderás por sus calles atraído por la belleza de cada edificio, de cada patio, de cada bonito restaurante... No olvides hacerte unas fotografías para dar envidia de la belleza de este bonito barrio cordobés y después disfruta de un salmorejo acompañado de un refrescante tinto de verano en una terraza dentro de un patio andaluz. Come rodeado por el sonido del agua de las fuentes, el reconfortante aroma de las flores y la belleza de los mosaicos árabes. Es el momento de darte un respiro tras una mañana andando bajo el calor de esta bella ciudad.



Pero esto no es todo, porque después de disfrutar de una buena comida andaluza es el momento de disfrutar del corazón de Córdoba: su mezquita. Una obra de arte impresionante que te dejará sin palabras desde el momento en que entras en ella. Desde el Patio de los Naranjos hasta su Cúpula mozárabe, esta obra arquitectónica no deja lugar para la indiferencia. Una oportunidad para descubrir la grandiosidad del arte islámico con su perfecta simbiosis de equilibrio, simetría y armonía. Una mezquita construida a partir de muestras visigodas y romanas en la que la mezcla de estilos es evidente sobre todo desde su paso a la cristiandad. Belleza en toda regla.



Tras esta obligada visita en la que debes aprovechar para refrescar tu cuerpo a la sobra de los arcos y columnas islámicas, es el momento de atravesar el puente romano para disfrutar de la postal cordobesa por excelencia. Unas vistas preciosas que redondearán un día de turismo que siempre guardarás en la memoria.



Y llega el momento de descubrir una feria llena de encanto. Las típicas atracciones no pueden faltar, al igual que los numerosos puestos de comida, pero no son capaces de quitar el protagonismo al encanto de la feria cordobesa: las casetas, los vestidos de gitana, los caballos andaluces y los rebujitos y sevillanas que acompañan durante todo el día.
Una deslumbrante puerta de entrada llena de bombillas preside el recinto, si bien la crisis económica ha disminuido las proporciones de la misma. Una buena oportunidad para realizar una bonita fotografía.
Recorre muchas casetas aprovechando su carácter público, baila sevillanas, conoce el encanto y la amabilidad de la gente cordobesa, refréscate con un buen rebujito. Disfruta de la belleza de los caballos, de la elegancia de las carrozas tan bien decoradas o de los trajes cordobeses.




Una experiencia única que no dudarás en repetir.
Hasta el próximo año Feria de Córdoba.