sábado, 8 de junio de 2013

Una feria cordobesa

La semana pasada se resume en fiesta y celebración para el pueblo cordobés. Entre trajes, caballos, rebujitos y sevillanas, Córdoba fue testigo de su semana mágica, la semana de la alegría, la diversión y el orgullo andaluces. Eso es lo que se sentía al pasear entre las casetas o al ver la cara de entusiasmo de aquellos afortunados que paseaban en galantes carrozas de caballos.


Una feria que tuvo lugar en una de las ciudades más bonitas de España. Una ciudad de encanto, arte, belleza y vitalidad en la que cada rincón esconde un sinfín de historia. Por ello, os propongo en este blog un día perfecto para que el año que viene lo llevéis a la práctica en la Feria de Córdoba de cada mes de mayo.

Para comenzar el día un paseo por las preciosas calles cordobesas. Así descubrirás preciosos y blancos patios andaluces coloreados con flores, pequeñas y estrechas calles llenas de encanto e incluso antiguas ruinas que esconden miles de años de historia en sus capiteles y fustes en medio de una plaza. Y cuando el encanto cordobés ya te haya conmovido llegarás a la judería. Una zona imprescindible para cualquier día en la que te perderás por sus calles atraído por la belleza de cada edificio, de cada patio, de cada bonito restaurante... No olvides hacerte unas fotografías para dar envidia de la belleza de este bonito barrio cordobés y después disfruta de un salmorejo acompañado de un refrescante tinto de verano en una terraza dentro de un patio andaluz. Come rodeado por el sonido del agua de las fuentes, el reconfortante aroma de las flores y la belleza de los mosaicos árabes. Es el momento de darte un respiro tras una mañana andando bajo el calor de esta bella ciudad.



Pero esto no es todo, porque después de disfrutar de una buena comida andaluza es el momento de disfrutar del corazón de Córdoba: su mezquita. Una obra de arte impresionante que te dejará sin palabras desde el momento en que entras en ella. Desde el Patio de los Naranjos hasta su Cúpula mozárabe, esta obra arquitectónica no deja lugar para la indiferencia. Una oportunidad para descubrir la grandiosidad del arte islámico con su perfecta simbiosis de equilibrio, simetría y armonía. Una mezquita construida a partir de muestras visigodas y romanas en la que la mezcla de estilos es evidente sobre todo desde su paso a la cristiandad. Belleza en toda regla.



Tras esta obligada visita en la que debes aprovechar para refrescar tu cuerpo a la sobra de los arcos y columnas islámicas, es el momento de atravesar el puente romano para disfrutar de la postal cordobesa por excelencia. Unas vistas preciosas que redondearán un día de turismo que siempre guardarás en la memoria.



Y llega el momento de descubrir una feria llena de encanto. Las típicas atracciones no pueden faltar, al igual que los numerosos puestos de comida, pero no son capaces de quitar el protagonismo al encanto de la feria cordobesa: las casetas, los vestidos de gitana, los caballos andaluces y los rebujitos y sevillanas que acompañan durante todo el día.
Una deslumbrante puerta de entrada llena de bombillas preside el recinto, si bien la crisis económica ha disminuido las proporciones de la misma. Una buena oportunidad para realizar una bonita fotografía.
Recorre muchas casetas aprovechando su carácter público, baila sevillanas, conoce el encanto y la amabilidad de la gente cordobesa, refréscate con un buen rebujito. Disfruta de la belleza de los caballos, de la elegancia de las carrozas tan bien decoradas o de los trajes cordobeses.




Una experiencia única que no dudarás en repetir.
Hasta el próximo año Feria de Córdoba.

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